El encuentro con aquel descubrimiento
EL ENCUENTRO CON AQUEL DESCUBRIMIENTO
Había una vez un niño llamado Luis. Su padre era arqueólogo. Luis llevaba toda su vida viendo a su padre rescatar restos de la prehistoria y de la historia. Al chico no le gustaba la arqueología porque su padre gracias a este trabajo no podía pasar mucho tiempo con su hijo, pero llegó un día que Mateo. El padre de Luis, llegó a su casa con un resto que al niño le cambió la vida.
Mateo llevó a su casa un pequeño hueso de un dinosaurio que le encantaba al niño.
Este objeto le cambió la idea de lo que era la arqueología a Luis. Pasó de ser un trabajo aburrido y cansado a un trabajo alegre y divertido.
Al paso de los años Luis quiso ser arqueólogo y cuando sus padres supieron eso, no le entendieron porque al chico nunca le había gustado la arqueología. La razón por la que el joven quería trabajar en ese oficio era porque una vez un amigo y compañero suyo fue a su casa y sin querer le rompió el hueso de aquel dinosaurio y él quería conseguir otro hueso de otras especies de dinosaurios.
Tras muchos encuentros prehistóricos, un día vio huellas que no eran normales. Él pensó que serían de algún animal del bosque como el oso, pero por si acaso las examinó e investigó y resulta que eran de un dinosaurio prehistórico.
Empezaron a buscar y cavar hasta conseguir algo más dw aquel dinosaurio.
Después de varios meses pensando de que dinosaurios podían ser, descubrieron que era el mismo dinosaurio que del que su padre le regaló aquel hueso.
Se alegró mucho de saber que esos restos eran de aquel dinosaurio.
Luis fue un gran arqueólogo y se conoció en todo el mundo por sus grandes descubrimientos y se llevó grandes premios de la historia.
Andrea García Perez
Había una vez un niño llamado Luis. Su padre era arqueólogo. Luis llevaba toda su vida viendo a su padre rescatar restos de la prehistoria y de la historia. Al chico no le gustaba la arqueología porque su padre gracias a este trabajo no podía pasar mucho tiempo con su hijo, pero llegó un día que Mateo. El padre de Luis, llegó a su casa con un resto que al niño le cambió la vida.
Mateo llevó a su casa un pequeño hueso de un dinosaurio que le encantaba al niño.
Este objeto le cambió la idea de lo que era la arqueología a Luis. Pasó de ser un trabajo aburrido y cansado a un trabajo alegre y divertido.
Al paso de los años Luis quiso ser arqueólogo y cuando sus padres supieron eso, no le entendieron porque al chico nunca le había gustado la arqueología. La razón por la que el joven quería trabajar en ese oficio era porque una vez un amigo y compañero suyo fue a su casa y sin querer le rompió el hueso de aquel dinosaurio y él quería conseguir otro hueso de otras especies de dinosaurios.
Tras muchos encuentros prehistóricos, un día vio huellas que no eran normales. Él pensó que serían de algún animal del bosque como el oso, pero por si acaso las examinó e investigó y resulta que eran de un dinosaurio prehistórico.
Empezaron a buscar y cavar hasta conseguir algo más dw aquel dinosaurio.
Después de varios meses pensando de que dinosaurios podían ser, descubrieron que era el mismo dinosaurio que del que su padre le regaló aquel hueso.
Se alegró mucho de saber que esos restos eran de aquel dinosaurio.
Luis fue un gran arqueólogo y se conoció en todo el mundo por sus grandes descubrimientos y se llevó grandes premios de la historia.
Andrea García Perez
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