La Niebla
La Niebla
No podía creer que fuera tan torpe. ¿De verdad me había perdido? Me había alejado del campamento 10 minutos para dar un paseo y ya no sabía cómo volver. Mis padres se iban a enfadar, aunque podía llamarles en cualquier momento ya que tenía el móvil en el bolsillo, pero me encantaba perderme, aunque solo fuera por un momento. Yo sola en medio de un bosque. Rodeada de árboles y animales y paz.
De repente oí un ruido que hizo retumbar todo el bosque, ¡Hasta me llegó una ráfaga de aire que me hizo retroceder un par de pasos! Mi curiosidad era demasiado fuerte y tuve que ir hacia donde había oído ese potente sonido. Sabía que iba por buen camino porque al acercarme a lo que se suponía que estaba buscando veía arboles con las hojas caídas y muchas ramas rotas. Me estaba empezando a asustar, pero ¿Y si era algo importante? Quería saber qué o quién había sido el causante de ese ruido.
Como poco llevaba recorridos dos kilómetros. Empezaba a cansarme. Inmersa en mis pensamientos no vi dónde me estaba metiendo, hasta que tropecé y caí en un suelo lleno de tierra levantada. Al levantarme y mirar alrededor descubrí que estaba en un enorme círculo -unos centímetros por debajo del nivel del suelo- que era por lo menos como una piscina de grande, aunque no podía ver lo que había en el centro por causa de una niebla que había a su alrededor. No, no era niebla, era polvo. El polvo que había levantado ese algo que llevaba tanto tiempo buscando al impactar con el suelo del bosque. Empecé a toser a causa del polvo que seguía levitando en el aire, pero conseguí ver una piedra gigantesca. Saqué el móvil para hacerle una foto, pero no veía nada, así que decidí esperar sentada a que ese humo desapareciese. Me quedé mirando la roca estupefacta. A veces me gustaba pensar del espacio como algo pequeño e insignificante, pero solo para ocultar lo que era en realidad y no asustarme: Kilómetros de nada. Lo espantoso que puede ser algo tan extraño y desconocido. El no saber lo que puede haber allí arriba me revolvía por dentro. Aunque tengo la esperanza de que algún día resolveremos los grandes misterios que se ocultan alrededor de nuestro planta.
La niebla ya había casi desaparecido, así que me dediqué los siguientes cinco minutos a tomar fotos de ese fenómeno que había caído del cielo, pero de repente me sonó el teléfono y paré de fotografiarlo. Era mi madre, y por mucho que me extrañaba que hubiera conexión lo cogí.
- ¿Dónde estás Jes? -Preguntó mi madre.
- ¡Ven aquí ahora mismo! -Dije entusiasmada- No vas a creer lo que he descubierto. Te mando mi ubicación.
No tardaron en venir, y se quedaron alucinados. Después, en un par de horas vinieron unos expertos con los que habían contactado mis padres y les contaron lo ocurrido. Empezaron a investigarlo y se llevaron unas cuantas muestras, pero, al pasar los cinco minutos, los expertos empezaron a correr de un lado para otro y algunos vinieron con trajes especiales y bombonas de oxígeno, e inmediatamente nos evacuaron de la zona. Nos dijeron que era muy tóxico y que algunos de sus agentes se habían desmayado a causa del meteorito.
- ¿Cuánto tiempo estuvieron junto a la roca?-Preguntaron.
- No mucho -mentí-menos de diez minutos.
- ¿Por qué? -Preguntó mi madre- ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos estado más?
- No estaríais hablando conmigo ahora mismo.
Mis padre y yo nos sobresaltamos. Que extraño. Yo había estado allí por horas y seguía viva. Pero a los diez minutos más o menos me empecé a encontrar débil y cansada. Al poco tiempo me desmayé.
Me desperté en mi saco de dormir, y rápidamente me incorporé. Lo único que pensé en ese momento fue en por qué había tardado tanto en desmayarme. Que había habido en mí para no haberme derrumbado hace horas. Vi a mi madre y no dudé en preguntarle:
- ¿Qué ha pasado con el meteorito?
- ¿De qué hablas, cariño? Lo habrás soñado -Dijo escondiendo una carcajada.
Decidí irme a dar un paseo para despejarme, y al mirar mi móvil descubrí que no tenía sus fotos ¿De veras solo había sido un sueño? No me lo podía creer. Mi mayor descubrimiento no había sido más que un producto de mi imaginación. Aunque, ¿no eran eso los sueños? Una pizca de esperanza que te das a ti mismo sin darte cuenta.
Seguí caminando y a lo lejos vislumbré el mismo polvo que había alrededor de la roca. No podía ser. Había sido un sueño. O eso es lo que quería pensar para no tener que explicarme por qué nadie más se acordaba del meteorito.
No podía creer que fuera tan torpe. ¿De verdad me había perdido? Me había alejado del campamento 10 minutos para dar un paseo y ya no sabía cómo volver. Mis padres se iban a enfadar, aunque podía llamarles en cualquier momento ya que tenía el móvil en el bolsillo, pero me encantaba perderme, aunque solo fuera por un momento. Yo sola en medio de un bosque. Rodeada de árboles y animales y paz.
De repente oí un ruido que hizo retumbar todo el bosque, ¡Hasta me llegó una ráfaga de aire que me hizo retroceder un par de pasos! Mi curiosidad era demasiado fuerte y tuve que ir hacia donde había oído ese potente sonido. Sabía que iba por buen camino porque al acercarme a lo que se suponía que estaba buscando veía arboles con las hojas caídas y muchas ramas rotas. Me estaba empezando a asustar, pero ¿Y si era algo importante? Quería saber qué o quién había sido el causante de ese ruido.
Como poco llevaba recorridos dos kilómetros. Empezaba a cansarme. Inmersa en mis pensamientos no vi dónde me estaba metiendo, hasta que tropecé y caí en un suelo lleno de tierra levantada. Al levantarme y mirar alrededor descubrí que estaba en un enorme círculo -unos centímetros por debajo del nivel del suelo- que era por lo menos como una piscina de grande, aunque no podía ver lo que había en el centro por causa de una niebla que había a su alrededor. No, no era niebla, era polvo. El polvo que había levantado ese algo que llevaba tanto tiempo buscando al impactar con el suelo del bosque. Empecé a toser a causa del polvo que seguía levitando en el aire, pero conseguí ver una piedra gigantesca. Saqué el móvil para hacerle una foto, pero no veía nada, así que decidí esperar sentada a que ese humo desapareciese. Me quedé mirando la roca estupefacta. A veces me gustaba pensar del espacio como algo pequeño e insignificante, pero solo para ocultar lo que era en realidad y no asustarme: Kilómetros de nada. Lo espantoso que puede ser algo tan extraño y desconocido. El no saber lo que puede haber allí arriba me revolvía por dentro. Aunque tengo la esperanza de que algún día resolveremos los grandes misterios que se ocultan alrededor de nuestro planta.
La niebla ya había casi desaparecido, así que me dediqué los siguientes cinco minutos a tomar fotos de ese fenómeno que había caído del cielo, pero de repente me sonó el teléfono y paré de fotografiarlo. Era mi madre, y por mucho que me extrañaba que hubiera conexión lo cogí.
- ¿Dónde estás Jes? -Preguntó mi madre.
- ¡Ven aquí ahora mismo! -Dije entusiasmada- No vas a creer lo que he descubierto. Te mando mi ubicación.
No tardaron en venir, y se quedaron alucinados. Después, en un par de horas vinieron unos expertos con los que habían contactado mis padres y les contaron lo ocurrido. Empezaron a investigarlo y se llevaron unas cuantas muestras, pero, al pasar los cinco minutos, los expertos empezaron a correr de un lado para otro y algunos vinieron con trajes especiales y bombonas de oxígeno, e inmediatamente nos evacuaron de la zona. Nos dijeron que era muy tóxico y que algunos de sus agentes se habían desmayado a causa del meteorito.
- ¿Cuánto tiempo estuvieron junto a la roca?-Preguntaron.
- No mucho -mentí-menos de diez minutos.
- ¿Por qué? -Preguntó mi madre- ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos estado más?
- No estaríais hablando conmigo ahora mismo.
Mis padre y yo nos sobresaltamos. Que extraño. Yo había estado allí por horas y seguía viva. Pero a los diez minutos más o menos me empecé a encontrar débil y cansada. Al poco tiempo me desmayé.
Me desperté en mi saco de dormir, y rápidamente me incorporé. Lo único que pensé en ese momento fue en por qué había tardado tanto en desmayarme. Que había habido en mí para no haberme derrumbado hace horas. Vi a mi madre y no dudé en preguntarle:
- ¿Qué ha pasado con el meteorito?
- ¿De qué hablas, cariño? Lo habrás soñado -Dijo escondiendo una carcajada.
Decidí irme a dar un paseo para despejarme, y al mirar mi móvil descubrí que no tenía sus fotos ¿De veras solo había sido un sueño? No me lo podía creer. Mi mayor descubrimiento no había sido más que un producto de mi imaginación. Aunque, ¿no eran eso los sueños? Una pizca de esperanza que te das a ti mismo sin darte cuenta.
Seguí caminando y a lo lejos vislumbré el mismo polvo que había alrededor de la roca. No podía ser. Había sido un sueño. O eso es lo que quería pensar para no tener que explicarme por qué nadie más se acordaba del meteorito.
- Visites: 41