Un viaje, para no repetir

UN VIAJE, PARA NO REPETIR

La familia García siempre ha sido una familia unida y aventurera, estaba formada por los padres, sus dos hijas y su perro “Kiss”. Habían viajado por muchos lugares en la Tierra, pero un día decidieron que querían ir más allá. Querían explorar el espacio exterior. Así que, con toda la preparación necesaria, los García se adentraron en su nave espacial y despegaron hacia el vasto espacio.
Todo estaba bien al principio. La nave funcionaba perfectamente y la familia se maravillaba ante la belleza del espacio. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que algo estaba mal. El sistema de navegación comenzó a fallar y la nave empezó a tambalearse. Rápidamente, el padre de la familia, el Capitán García, intentó arreglar la avería, pero fue inútil. La nave se estaba desviando de su rumbo y se perdían cada vez más en el espacio.
Tan pronto como la familia intentó ponerse en contacto con la Tierra para obtener ayuda, se dieron cuenta de que estaban fuera del alcance de la señal. Estaban completamente solos en el espacio. Entonces, comenzaron a sentir una enorme presión, una gran incertidumbre y miedo.
El suministro de alimentos y agua que traían a bordo no era suficiente para una desviación tan larga del curso. Así que, la familia comenzó a racionarla meticulosamente. Se dieron cuenta de que pronto tendrían que buscar otra fuente de sustento. Al principio, intentaron cultivar algunos vegetales y frutas, de una forma muy precaria, con algunas semillas, sustrato y unos pequeños recipientes, que hacían las veces de macetas. Pero las condiciones del espacio no eran propicias para la agricultura. Mientras que los intentos de cultivo fracasaban, la incertidumbre seguía aumentando.

La situación seguía empeorando y la familia García también tenía que hacer frente a los daños en la nave. Algunas piezas de la misma empezaron a fallar, y la familia tenía que trabajar arduamente para mantenerlas en funcionamiento. El padre y la madre trabajaron juntos para arreglar la nave y asegurarse de que estaba en condiciones de volar a pesar de las dificultades.
Por si fuera poco, la familia también tuvo que hacer frente a las adversidades del espacio exterior. La radiación del sol era tan fuerte que les hacía daño, así que tuvieron que mantener las cortinas cerradas en todo momento. Como resultado, la nave estaba a oscuras la mayor parte del tiempo, dejando el interior como si se tratara de un espacio lúgubre y tenebroso.
Y después aparecieron los meteoritos. La nave cruzó una lluvia de meteoritos, gracias a la pericia de mamá García, ya que era una experimentada piloto, lograron salvarse, aunque la nave sufrió daños considerables. A estas alturas toda la familia tenía la impresión de que se acercaba el final de sus días y que ya nunca regresarían a casa, nunca volverían a estar con el resto de su familia, nunca volverían a disfrutar de un día de campo, nunca volverían a pasar un día en la playa.
Los García permanecieron en el espacio exterior durante más de dos años. Nadie sabe cómo pudieron aguantar tanta presión y salvar tantas dificultades, pero afortunadamente para ellos, después de este largo y difícil viaje, finalmente avistaron una nave de rescate que llevaba varios meses tratando de encontrarlos. Felizmente el equipo rescatador logró conectar su nave con la maltrecha nave de los García. La familia sólo tenía unos minutos para abandonar su nave, recogieron lo imprescindible y se dispusieron a salir, pero la hija menor se percató de que habían olvidado a Kiss. Los padres y la hermana mayor ya estaban en el conducto de salida cuando de repente la menor de las hermanas corrió desesperadamente a recoger a su mascota. Ya no quedaba más tiempo, el equipo rescatador necesitaba desconectar las naves. La hija menor dio un salto desesperado con Kiss en los brazos y por unos milímetros entró en la nave de rescate.
Por fin los García se encontraban sanos y salvos, además de muy emocionados. Con esta aventura aprendieron mucho sobre la resistencia, la perseverancia y el trabajo en equipo, en el cada uno da lo mejor de sí mismo. Si bien, pasaron por muchos desafíos, nunca perdieron la fe y trabajaron juntos para mantenerse con vida y regresar a casa. Aunque les llevó años volver a su casa, nunca olvidarían la valentía que cada uno de ellos tuvo que mostrar para sobrevivir.


FIN

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